Un sistema está en equilibrio
cuando la fuerza total o resultante que actúa sobre un cuerpo y el momento
resultante son nulos. En particular, si la velocidad inicial es
nula, el cuerpo permanecerá en reposo.
El equilibrio mecánico puede ser de tres
clases:
Indiferente: Si las fuerzas que actúan sobre el cuerpo hacen que éste permanezca en su nueva posición al ser desplazado, como en una esfera situada sobre una superficie plana.
Inestable: Si las fuerzas hacen que el cuerpo
continúe moviéndose hasta una posición distinta cuando se desplaza, como ocurre
con una varita en equilibrio sobre su extremo.
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